Mitos y leyendas sobre la Ciudad de México

Enaltecen la cultura mexicana los Mitos y leyendas en la Ciudad de México, crean un mundo fascinante que te cautiva en una atmósfera de incertidumbre que te atrapa y quieres saber más acerca de los grandiosos relatos que se desarrollan en callejones, calles empedradas y obscuras. ¡Por cierto!, lugares muy especiales que cuentan con gran historia, y de donde puedes obtener muchos tips y datos, dando clic aquí. 

Personajes mitológicos, fantasmas, lugares embrujados todo un enjambre de cosas misteriosas cuyos desenlaces son inesperados e impredecibles. Algunas de las leyendas más destacadas en la Ciudad de México son las siguientes:

1. La Isla de las Muñecas.
2. La Bruja de Coyoacán
3. La Macihuatli
4. El Difunto Ahorcado
5. La piedra encantada

Comenzamos a llenarnos de terror con la leyenda de la Isla de las Muñecas. Corría el año de 1950 cuando una mujer de nombre Santa Ana empezó a colocar muñecas alrededor de su casa; con la finalidad de protegerse según ella de los espíritus, argumentaba que una joven se había ahogado y desde aquel momento escuchaba  muchas voces y los lamentos de mujer.  

El sobrino de Santa Ana comentaba que frecuentemente veía a una sirena que lo incitaba a irse con ella. Él continuó con la colección de muñecas; algunas se comenta que son milagrosas y ha sido tema de diversos documentales y reportajes a nivel internacional como Discovery. 

• La Bruja de Coyoacán. 

Una bella pareja en matrimonio llega su fin al darse cuenta el esposo que su hermosa y joven esposa le daba de comer todos los días moronga; siendo un alimento prohibido y que su esposa en realidad era una malvada bruja. 

Entonces el marido optó por espiarla y descubrió la triste verdad, la mujer se quitaba la piel por antes del amanecer; así que decidió quemar la piel para que nunca volviera a engañar y desde entonces ronda por las calles de Coyoacán tratando de atrapar a un marido y vengarse. 

• La Macihuatli

Mujer radiante que atraía a los soldados españoles y a Hernán Cortés aunque ellos nunca le veían el rostro, solo el cabello de color rojizo y su voz que entonaba una canción que cautivaba con una voz dulce, suave y armoniosa. 

Solía bañarse en el lago de Texcoco, al momento de sumergirse se desvanecía y se perdía sin dejar rastro; pero una noche Hernán Cortés la siguió y se sumergió con ella en el lago de Texcoco.

Sin encontrarla hasta que la volvió a ver en el camino antiguo de Tenochtitlan, la tomó de la mano y al ver su rostro era la expresión de un caballo muy molesto o una mula; así que corrió guardándose el secreto. 

• El Difunto Ahorcado

El padre Anselmo, un sacerdote querido por la comunidad cuya labor era solo el de servir y ayudar a todo aquel que necesitaba; no tenía descanso, acudía a todos los llamados de los enfermos; pero un día fatal muere y hasta en el lecho de su sepulcro se observaban las sombras que llegaban al lugar donde yacía para confesar y poder aliviar un poco los pecados que esas grandes sombras.

Llegando el difunto ahorcado que ya después de haber muerto la multitud lo aclama para seguir torturándolo y se decía que lo habían visto alrededor del sepulcro del padre Anselmo arrodillado. 

• La piedra encantada

En el sur de la Ciudad de México se encuentra la misteriosa piedra. Se dice que cada dos años la piedra desaparece; precisamente los días 24 y 31 de diciembre. En ese lugar aparece una tienda, una miscelánea en el momento que la tienda vende, vuelve a cerrar y aparece una vez más la piedra.  

También cuenta la leyenda que es el refugio de la famosa Llorona, quien sale por las noches a caminar, susurrando al viento la presencia de su amado tras el trágico desenlace de un mal de amores por la traición de su esposo. 

Los Mitos y leyendas en la Ciudad de México son una manifestación auténtica de las costumbres y tradiciones de la cultura mexicana. Si conoces las leyendas podrás saber e identificar cómo era la forma de vida de aquella época colonial. 

Es fundamental preservar estas asombrosas leyendas como parte de la identidad así mismo mantener con un sentido de responsabilidad en cómo cuidar del medio ambiente de la Ciudad de México debido a que exige una respuesta y compromiso por preservar toda la grandeza de la naturaleza.