Zilina, Eslovaquia.
La ciudad de Zilina, ubicada en el noroeste de Eslovaquia, es un importante centro culturar e industrial de este país eslavo. Separada por 200 kilómetros de la capital Bratislava, y ubicada más hacia las fronteras checas y polacas, funcionó durante mucho tiempo como puesto comercial con naciones cercanas y otras poblaciones de Europa.
Durante gran parte de su historia perteneció al reino de Hungría, bajo el cual prospero durante mucho tiempo, sobrellevando conflictos internos y guerras civiles. Al ser un lugar clave para el comercio con otras naciones, vio un crecimiento bastante importante en su desarrollo, logrando así que para alrededor del siglo XVII su industria se estableciera con la manufactura de múltiples elementos que eran enviados alrededor de todo Europa.
Otra época que fue clave para el desarrollo de la ciudad fue la creación de los ferrocarriles, que unieron las ciudades principales de la zona con la capital, lo que incremento la oferta y la demanda de materias primas y productos locales. Para Zilina, esto significó un aumento drástico en las industrias químicas y textiles que allí estaban establecidas.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, tropas soviéticas y checas se adueñaron del territorio, integrándola al territorio perteneciente a Checoslovaquia. Sin embargo, aun durante su ocupación su crecimiento siguió aumentando, y su infraestructura multiplicó los hospitales, las escuelas y las fábricas, volviendo Zilina una ciudad más atractiva para personas que buscaban donde establecerse.
Cuando la Unión Soviética se disolvió, Checoslovaquia también sufrió una serie de reformas donde abandonaron el socialismo y adoptaron la democracia, iniciando así la creación de la Republica Checa que conocemos hoy en día. Esto significo que la ciudad de Zilina pasó a ser parte una vez más del territorio Eslovaco, donde a paso seguro estuvo creciendo hasta convertirse en la ciudad industrial más importante del país, y a ser la cuarta ciudad más poblada.
Los sectores comerciales y de construcción están ampliamente desarrollados en Zilina, y compañías internacionales importantes tienen allí fábricas subsidiarias para desarrollo y distribución. Algunas de las más importantes de estas fábricas son Kia, Siemens y Hyundai; aun así, también existe un gran número de fábricas y compañías nacionales allí, que generan empleo y tienen altos niveles de eficiencia.
A pesar del alto nivel de industrialización de la ciudad, existen múltiples razones por las cuales es bastante popular entre los turistas. Al ser una ciudad con muchos siglos de existencia, y tras haber pertenecido a varias culturas de la región, es posible encontrar aquí muchos rastros de historia que permiten conocer más a fondo la ciudad, más allá de lo que se ve a simple vista.
Uno de estos lugares que sin duda fascinan a los turistas que visiten la ciudad, es el Castillo de Lietava , que fue construido en el siglo XIII como una muestra de poder económico y militar por el reino de Hungría. Este está construido en las montañas Sú’lov, al norte del país, y al día de hoy ofrece excursiones en su interior para aquellos quienes quieran conocerlo y su historia.
Otro castillo de la zona, que tiene un estilo completamente distinto al anterior, es el Castillo de Budatin, que originalmente fue construido como una guarnición militar y luego fue reformado para convertirse en un lujoso palacio durante el renacimiento. Aquí también se ofrecen tours en el interior del castillo, que también ejerce como museo para los turistas que les interese la historia de la ciudad.
La última de las atracciones arquitectónicas es la Catedral de la Santa Trinidad , siendo uno de los monumentos al catolicismo romano en la ciudad. A pesar de que se quemó en tres ocasiones, cada posterior reconstrucción fue hecha en un estilo de arquitectura distinto, variando desde lo clásico-gótico hasta el estilo pomposo renacentista que aún se puede vislumbrar en algunas secciones de la misma.