Excursión en Las Yácatas
De entre los innumerables vestigios arqueológicos que se dispersan por toda la República Mexicana, las Yácatas realizadas por los purépechas destacan por su particular forma, como las que puedes apreciar hoy en una excursión en la zona arqueológica de Tzintzuntzan; por cierto, el nombre deriva de la palabra náhuatl yacatl, que quiere decir ‘nariz’, y es que las Yácatas son estructuras piramidales erigidas sobre una gran terraza artificial de 425 metros de largo por 250 de ancho, que tuvieron como finalidad ser adoratorios o cúes que combinan plantas circulares con rectangulares, cuya construcción se realizó en diferentes épocas, las de la capital tarasca integraban edificios redondos en sus cimas.
Una característica también muy particular de la arquitectura purépecha es que sus métodos constructivos eran distintos a los de otras culturas mesoamericanas, pues el interior de las Yácatas no amalgamaba piedras y tierra, sino se hacía a base de capas de rocas sueltas recubiertas con lápidas labradas realizadas con una piedra de origen volcánico denominada yanamu y unidas con arcilla.
Debido justamente a esa disposición sobre una plataforma elevada es que los especialistas califican a esta ciudad como un baluarte defensivo desde el que se domina el horizonte y se divisan puntos importantes, la isla de La Pacanda es uno de ellos. No es extraño entonces que los purépechas nunca fueran sometidos por sus vecinos los belicosos mexicas y que, por el contrario, antes de la llegada de los españoles también hayan expandido su territorio, llegando al sur hasta la cuenca del río Balsas.