Excursión en el Cerro Cabezón
Este insigne cerro de Tlatlauquitepec se llama así no porque sea Olmeca ni mucho menos, el nombre se le otorgó porque visto desde el centro del pueblo parece una gran cabeza recostada de perfil hacia las casas de la comunidad, y una parte sobresaliente del mismo es la “nariz”.
Este cerro es el eterno vigilante de Tlatlauqui, y como mencionamos antes, las panorámicas que se obtienen desde aquí hacia el pueblo y viceversa son de las mejores postales que podrás llevarte de tu viaje a la sierra norte.
Para llegar al cerro en auto el recorrido no te llevará más de veinte minutos, y desde que vas acendiendo por la carretera el paisaje se va tornando literalmente de altura. En el cerro se puede llegar hasta un mirador localizado en una de las partes más altas, donde se encuentra un cristo de color blanco que puede ser visualizado desde la plaza del pueblo.
Lo mejor de venir a este cerro son las tirolesas y el famoso puente colgante tibetano, pues debido a las altas ubicaciones donde están instalados, resulta una experiencia extrema muy divertida y panorámica.
Si eres un poco más extremo puedes bajar la “nariz” del cerro a rapel en un tramo de 150 metros, que pondrá a prueba tus nervios y te dará una buena dosis de adrenalina.
Si visitas Tlatlauquitepec no puedes dejar de hacer tours en este famoso cerro, y si lo haces en verano no puedes perderte la increíble experiencia del santuario de las luciérnagas y sumergirte en las aguas de la Cascada de Puxtla, estamos seguros que querrás volver más de una vez y eso te ayudará a pronunciar perfectamente su nombre.