Iglesia de las Santas Mujeres de Maravilla
La historia de Rumania y sus iglesias es muy peculiar. Durante siglos la iglesia ortodoxa rumana fue creciendo, sobreviviendo a las diversas invasiones y consolidándose. Sin embargo, con el comienzo del régimen comunista, la institución que había ganado fuerza y presencia, se vio obligada a paralizarse.
Cuando en 1947 el comunismo llega al poder, los antiguos monasterios son convertidos en prisiones destinadas a encarcelar a aquellos sacerdotes y obispos que no probaran ser leales al régimen, y eso siempre y cuando no fueran enviados a la prisión con los presos comunes o destruidos, tal como el nuevo régimen permitía, e incluso alentaba, a hacer.
No fue hasta 1989 que, con la caída del régimen comunista, la iglesia rumana empezó a asomar nuevamente su cabeza con la intención de renacer.
Hoy en día Rumania está experimentando un efecto rebote al respecto. La represión sufrida durante tantos años ha hecho surgir en el país la necesidad de construir la insólita cantidad de diez iglesias por mes. Hasta ahí todo no parece pasar de una coyuntura entintada de excentricidad y de la necesidad de recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, el problema que esta situación plantea es que el dinero para dicha construcción proviene de los fondos públicos, ante lo cual no se puede pasar por alto el hecho de que Rumania forma parte de los países más pobres de Europa.
Si quieres comprender el auge rumano por la construcción de iglesias, te invitamos a darte una vuelta por la iglesia de las santas mujeres de maravilla. Allí te impregnarás de la belleza y del sentimiento profundo que el pueblo tiene con la religión y con las estructuras en las cuales se practica.
Para seguir conociendo más acerca de la historia de Rumania, te recomendamos una detallada recorrida por el museo del condado de Arges.