La Iglesia de St. Thomas.
Su nombre en alemán es Thomaskirche y es una iglesia luterana. Adquirió una enorme fama después de que Johan Sebastian Bach trabajara en ella como cantor. Hoy en día la iglesia alberga sus restos. Además de ello, en 1908 se construyó una estatua en su honor junto a la iglesia.
Excavaciones arqueológicas han descubierto que esta no fue la primera iglesia construida en el predio, sino que hubo muchas otras anteriormente. La iglesia anterior fue convertida en el nuevo Monasterio de Santo Tomás de la Orden de San Agustín en 1222. Por otra parte, durante procesos de reconstrucción, se hallaron restos de una iglesia de la época románica. Actualmente, la construcción representa al período gótico tardío.
La Iglesia de St. Thomas sufrió varios daños en el siglo XX. En 1943 su torre resultó dañada en un bombardeo, pero más tarde se la reparó. Sin embargo, las emisiones gaseosas del azufre de las minas de carbón corroyeron la recubierta externa y las estatuas. El azufre fue tan corrosivo que hasta llegó a dañar las pinturas góticas que se encontraban en el interior de la iglesia.
Estos y otros daños ocasionados por la humedad, hicieron que la iglesia pasara a conformar parte de la lista de monumentos mundiales vigilados, tarea que lleva a cabo el Fondo Mundial de Monumentos. Gracias a la financiación de American Express y del mismo Fondo de Monumentos, la iglesia fue debidamente reparada.
Además de esta visita histórica, puedes darte una vuelta por el Zoológico de Leipzig, un lugar en el que los animales se sienten como en casa gracias a todos los cuidados y atenciones recibidos.