El Puente de Humber
Es el quinto puente colgante más largo del mundo y además de transitarlo en carro, se puede atravesar a pie o en bicicleta en excursiones desde el centro de Hull. La reina Isabel II lo inauguró en 1981. Es majestuoso e ideal, pues vale la pena apreciar esta moderna estructura d 115 metros de altura, 2200 metros de longitud total y 1410 metros de longitud del vano.
Los automóviles pagan peaje y la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora. Hay descuentos en las entradas para quienes van en un tours a esta maravilla de la ingeniería civil inglesa, distribuida con una vía principal que se distribuye en cuatro carriles y otra vía para peatones y bicicletas en cada dirección.
Además del Museo del Transporte, una excursión en esta majestuosa edificación merece la pena, ideal porque es al aire libre. Justo desde allí se hacen caminatas que comienzan en el puente y culminan en Oakham. Aunque ahora hay puentes colgantes más largos, el mismo sigue siendo el único con esas características que se puede atravesar sin necesidad de usar un carro. Para su construcción se requirieron 480 mil toneladas de hormigón.
Antes del puente los lugareños de Hull y Grimsby, atravesaban el río Ouse en ferry. Gracias al mismo hay una distancia de 80 kilómetros entre ambas poblaciones en las que tardabas varias horas en llegar. Si visitas Hull, un tours en esta obra civil no debe faltar en la estancia por esas tierras.