Palacio del Infantado
Residencia de la noble familia Mendoza, el Palacio del Infantado es una joya arquitectónica del estilo gótico isabelino, ubicada unas pocas cuadras al norte de la plaza Mayor de Guadalajara. Se comenzó a construir en 1480. Bellamente decorado, su fachada es única en el mundo. En 1560, el rey Felipe II se casó en este palacio con Isabel de Valois, y desde entonces se convirtió en el símbolo del poder en la ciudad. Restaurado en 1560, se dotó de nuevos decorados, hasta que la familia Mendoza se trasladó a Madrid, dejándolo abandonado. Colegio de huérfanas de militares, la Guerra Civil española lo dejó en estado ruinoso. Una lenta recuperación lo dejó de nuevo en condiciones de habitabilidad, por lo que se levantó allí el Museo Provincial de Guadalajara. Las colecciones de arte, arqueología y etnología están bellamente presentadas en espacios amplios e iluminados. El Palacio del Infantado está rodeado, en su cara occidental, por hermosos y cuidados jardines que pueden recorrerse durante cualquier excursión en Guadalajara. Al terminar el tour en el Palacio del Infantado, se puede seguir recorriendo la ciudad hacia el Parque Natural del Alto Tajo.