Westfalenpark.
Sus 70 hectáreas lo convirtieron en uno de los parques urbanos de mayores dimensiones en Europa, mientras que sus 3.000 tipos de rosas lo consolidaron como uno de los espacios favoritos para conciertos, eventos y festivales.
Se sitúa en la ladera norte de Emscher, río que aporta belleza y también marca el límite del parque.
Aquí se encuentra el rosario alemán, una colección de rosas que pretende ir más allá de la exhibición: su propósito es hacer llegar el conocimiento acerca de esta flor a la mayor cantidad de personas posible. Además de brindar información acerca de sus variedades, formas de reproducirlas y la descendencia que de cada tipo es posible, los visitantes podrán aprender acerca del uso hortícola de la flor, algo que no está del todo difundido en la actualidad.
El parque cuenta con un toldo que fue creado por el arquitecto Günter Behnisch. Cuando fue construido, en el año 1969, se lo consideró una obra experimental de techo autoportante, la cual demostró ser todo lo exitosa que se pretendía que fuera.
El Westfalenpark es también hogar de la casa de protección de la naturaleza. Esta área ocupa el 2,5% del total de la superficie del parque y se trata de un sector de conservación voluntario que recibe a miles de niños todos los años para que puedan aprender y vivenciar la naturaleza en primera fila.
Seguramente te encantará visitar el Museo de Fútbol Alemán después de una mañana en este maravilloso recinto natural. En el museo podrás comprender por qué la vida en Alemania gira en torno a este polémico, pero apasionante, deporte.