Museo de Industria de Westfalia.
Con una fachada que es exactamente lo opuesto al Museo del Fútbol, la mina construida por el arquitecto Bruno Möhring en 1898 es también una de las sedes del Museo de la Industria de Westfalia.
Hasta 1966, el establecimiento funcionó como mina, pero en ese año fue cerrado por decisión del Consejo de Minería Dortmund por la creciente crisis que envolvió a la industria carbonera. En 1969 se lo reconoce como el primer monumento de capacidad técnica alemana con trascendencia internacional. En 1981 se convierte en el Museo Industrial de Westfalia y anualmente recibe a miles de turistas y también a escuelas locales que van allí con los niños para una visita guiada a lo que por décadas fue el modo de trabajo que proveyó el sustento a miles de familias.
Los que recorren sus instalaciones no dejan de sorprenderse al imaginarse cómo debieron haber sido las interminables jornadas laborales en las ruidosas salas de máquinas que hoy son testimonio silencioso de una época que se fue para no volver.
Otras de las atracciones del lugar son su estación de bomberos, la herrería y el sector de oficinas administrativas. Una vez que ya has hecho todo el recorrido, seguramente te encuentres con muchas ganas de tomar aire, recibir los rayos del sol y ver las magníficas rosas de Alemania. Todo esto es posible en el lugar que ya lleva celebrados tres festivales hortícolas: el Westfalenpark.