Excursión en la Iglesia de los Jarritos
De pronto, cuando te topas de frente con la Iglesia de los Jarritos, puedes pensar que los duendes que la gente de Cuetzalan cuenta viven en esta serranía hicieron una broma y dejaron sin su templo a algún lugar europeo para plantarlo aquí, pues su arquitectura neogótica rompe con la traza urbana propia de la sierra de este Pueblo Mágico, y es que este hermoso edificio de espigada y alta torre es obra del mismo arquitecto que diseñó la Iglesia de la Virgen de Lourdes, en Francia: Violet le Duc. Ahora que si la miras bien encontrarás un detalle por el cual este santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe se conoce precisamente como la Iglesia de los Jarritos y es que justo ¡una serie de jarros de barro penden de la torre!, como una muestra del ancestral historial indígena de esta población, que refuerza la existencia de la zona arqueológica de Yohualichan de eminente pasado totonaco.
Y por si fuera poco, aparte de su arquitectura que impacta nada más de verla, pero que admiras aún más cuando la aprecias más minuciosamente, por dentro también es bellísima y tiene detalles que vale la pena mucho conocer, como la bóveda de nervaduras que recubre su techo, se trata de láminas de zinc con molduras de madera, mientras que el artista local Jesús Mora fue el encargado de realizar el púlpito tallado en finas maderas locales, así como una pintura de la patrona del lugar, la Virgen de Guadalupe.
Pero sin duda la mayor característica son los jarritos de barro que cuelgan desde lo alto de la torre, unidos en serie, lo cual le provee un aspecto exótico y folclórico al edificio. Durante tu tour en este lugar te darás cuenta de que enfrente de la iglesia se levanta el cementerio, la conseja popular dice que la gente se disputaba tener sus tumbas lo más cercano a la Iglesia de los Jarritos “para llevar más rápido al cielo”.