Puente de San Pablo
Uno de los sitios turísticos más fotogénicos de España, el Puente de San Pablo es una calzada peatonal levantada sobre el cañón del río Huécar. A 60 metros de altura máxima, salva la llamada Hoz del Huécar, un cañón que perforó el río en la dura piedra durante milenios. Fabricado en acero y acabado en esmalte rojo, utiliza los cimientos de un anterior puente de piedra, que acabó derrumbándose.
La panorámica desde el Puente de San Pablo es única. Es el mejor sitio para observar las llamadas Casas Colgantes, edificios que se han construido aprovechando las salientes rocosas de la Hoz del Huécar. Por debajo corre una carretera en un escalón y, más abajo, el río. Los célebres pinos de Cuenca se cuelan entre la piedra.
La vista desde el Puente de San Pablo es irrepetible y única. La ciudad alineada sobre el borde del acantilado configura un escenario de increíble belleza. El perfil urbano de Cuenca se levanta orgulloso por encima de la orilla amarilla de roca, con el azul cielo por encima. El atardecer en el Puente de San Pablo es una de las experiencias que hay que vivir, al menos, una vez en la vida.
Después de una excursión en el Puente de San Pablo se puede hacer un tour en la Ciudad Histórica Amurallada de Cuenca, caminando por las callejuelas estrechas y empinadas cuajadas de templos, plazas y fachadas históricas.