Casa del Parlamento
La Casa del Parlamento aún destila el aroma de la influencia de la Reina Isabel II de Reino Unido, quien inaugurara la sede en mayor de 1988 y por la que pagara nada menos que mil cien millones de dólares, convirtiéndola en el edificio más costoso del hemisferio sur hasta el momento.
Todo el poder de la ley australiana está contenido muros adentro de esta construcción.
Su construcción había sido planificada para enero del año de su inauguración, pero dicho plazo debió postergarse, por lo que no estuvo pronta para conmemorar los doscientos años del asentamiento de la cultura europea en las tierras aborígenes de Australia. Del mismo modo, el presupuesto también se vio sujeto a una modificación de nada menos que de casi novecientos millones de dólares, los cuales debieron agregarse a la planificación inicial de apenas doscientos veinte millones de dólares.
Tal vez parte de la responsabilidad se le puede atribuir a las doscientas veinticinco mil losas de granito que revisten las curvilíneas paredes. Tampoco hay de desestimar que su construcción llevó nada menos que trecientos mil metros cúbicos de hormigón.
Otro detalle nada menor es que el mástil de la bandera está hecho de acero inoxidable pulido proveniente de Newcastle y, atención a esto, pesa doscientas veinte toneladas.
Cuando cae el sol, la luminosidad que la casa refleja durante el día no se pierde ni un ápice, ya que es iluminada de forma tal que nunca la perderás de vista.
Canberra apuesta por el progreso, eso es algo que podrás ver en la Torre de observación Telstra, un lugar para almorzar, para obtener una fabulosa vista panorámica de la ciudad y para seguir comunicándonos, ya que esta es también la torre de las telecomunicaciones.