Banská Štiavnica, Eslovaquia.

 

Esta ciudad del centro de Eslovaquia está construida en el medio de una inmensa caldera creada luego de la erupción de un antiguo volcán, y es un pueblo que tiene apenas cerca de 10,000 habitantes, y que muestra en su gran mayoría un estilo medieval que se ha preservado casi perfectamente. Esto le otorga mucho valor histórico, por lo que fue declarado patrimonio cultural en 1993.

Gracias a esto, el pueblo se las ha arreglado para permanecer relevante en el país, y es uno de los principales lugares que visitan los turistas extranjeros. En sus inicios, sin embargo, se trataba de un pueblo minero, ya que los primeros celtas que poblaron la zona descubrieron allí un enorme yacimiento de plata, que fue excavada y explotada por muchos siglos posteriores.

Durante la edad media, la prosperidad y la fama que estas minas de plata obtuvieron lograron que muchos extranjeros se establecieran allí en busca de fortuna, por lo que el pueblo de aquel entonces se convirtió en un punto de comercio bullicioso. Ingenieros y mineros alemanes se establecieron de manera permanente en el pueblo, explotando la mina y refinando las técnicas que sus artesanos llevaron consigo para la explotación eficiente de plata.

Gracias a este enorme progreso económico, al pueblo le fue otorgado el estado de pueblo real, como uno de los primeros pueblos en el Reino de Hungría. Este derecho les permitió existir bajo el dominio y protección del reino, y continuar sus actividades económicas de una manera más oficial, ya que no tardaría en convertirse en el mayor productor de plata y oro del reino. Debido a esto, el imperio otomano empezó a intentar invadir el pueblo a partir del siglo XVI, causando que allí debieran construir fortificaciones y castillos para defender la zona de los invasores turcos.

A partir del siglo siguiente, con las innovaciones en las tecnologías mineras, el pueblo seguía prosperando y creciendo; incluso se dice que fue uno de los primeros lugares en el mundo donde la pólvora fue usada para las excavaciones. También, allí fueron construidos modernos sistemas de drenaje que servían para evacuar el agua que inundaba los niveles inferiores de la mina. Esto también sirvió posteriormente como fuente de energía para el proceso de industrialización del pueblo en siglos siguientes.

La minería era un aspecto tan importante allí que en la ciudad se fundó la primera universidad técnica del mundo, la Academia de Minería y Silvicultura. Sin embargo, esta academia fue posteriormente trasladada a Sopron en Hungría, debido a la creación del país de Checoslovaquia. A partir del siglo XIX, el pueblo decreció en relevancia debido a que la actividad minera dejó de ser tan importante en el panorama económico del país, pero su legado permaneció intacto y es gracias a que su arquitectura e historia no tuvieron cambios que hoy por hoy es uno de los lugares más históricos y turísticos de Eslovaquia.

Su gran legado de edificaciones antiguas y típicas de la zona es objeto de tours en las calles de la ciudad, pues existen pocos ejemplos de arquitectura antigua tan bien preservada. Un claro ejemplo de esto es Kalvaria, un enorme complejo de catedrales, iglesias y parroquias que coronan los alrededores de la colina Scharffenberg, cerca al antiguo volcán inactivo. Su carácter interesante se debe a que es un complejo de gran tamaño e importancia que fue construido en el siglo XVIII por misioneros jesuitas que buscaban evangelizar en la región cercana.

Otro punto de interés turístico que no falla en atraer cientos de turistas en todas las temporadas es el Viejo Castillo de Banská Štiavnica, construido originalmente como una parroquia, que posteriormente fue reconstruida como fortaleza para que las personas se refugiaran durante las invasiones otomanas. Allí hay exhibiciones permanentes y puedes hacer excursiones desde la ciudad gracias a su ubicacion. Los tours en el castillo son muy interesantes ya que cuentan historias de cómo se defendía la ciudad de invasores otomanos.

La ciudad, gracias a sus antiguas actividades mineras, quedo con cierto renombre por este motivo, y otro de los legados que allí quedan es el Museo de Minería al aire libre , que constantemente organiza excursiones en las cuevas donde antaño se explotaba plata para el reino. Estas son tan populares que es posible contratar guías para que den tours en español para grupos de turistas interesados.